¿Hay algo que represente mejor el mes de septiembre que el fin de las vacaciones? Decimos adiós a nuestros momentos de desconexión y relax en la playa, la piscina, la naturaleza. Para bien o para mal, volvemos a la rutina, una rutina que también deberíamos aplicar al cuidado de nuestra piel, que sin duda ha sufrido los excesos estivales. Por eso es el mejor momento para recuperarla de las consecuencias de la sobreexposición solar, la sal del mar o el cloro. Visitar a un especialista en dermatología debería ser un must en estas fechas, que son los profesionales que pueden ofrecernos un diagnóstico adecuado, prestando especial atención al estado de las manchas en nuestra piel para descartar cualquier tipo de preocupación.

Precisamente, la aparición de manchas y arrugas de fotoenvejecimiento, deshidratación o pérdida de luminosidad son algunas de las consecuencias más directas. ¿Qué podemos hacer para recuperar nuestra piel? En este post vamos a orientaros sobre el uso de uno de los componentes más usados en dermatología y cosmética.

¿Qué es el retinol? Aplicaciones y beneficios

Los retinoides son un tipo de compuesto derivado de la vitamina A que se aplican en el tratamiento de distintas patologías dermatológicas, como el acné y la psoriasis, aunque también son muy útiles en hiperpigmentación y fotoenvejecimiento. El retinol tiene un efecto exfoliante, elimina las células muertas y estimula la producción de colágeno.

Beneficios:

  • Acción antioxidante frente a daños causados por factores ambientales (sol, contaminación).
  • Acción regenerativa de las células de la piel.
  • Acción reparadora al aumentar la luminosidad y mejorar la textura de la piel.
  • Acción reductora de manchas y arrugas finas.

Si nunca has usado cremas o productos con retinol te recomendamos consultar con un especialista, porque cada piel tiene un límite y un uso inadecuado puede tener consecuencias indeseadas. Por ejemplo, no es lo mismo el retinol que el ácido retinoico, mucho más potente y que requiere prescripción médica, y para el que el dermatólog@ debe indicar la pauta de aplicación. La sensación de picor tras el uso del retinol es habitual, pero si no desaparece al cabo de unos minutos podemos estar ante una reacción adversa frente al producto. Es importante, por tanto, conocer la concentración del activo ya que su eficacia y los efectos adversos dependen de ella, junto al tipo de piel que se tenga y de lo acostumbrada que se esté al uso de retinoides.

Pautas para un buen uso del retinol

  • Comenzar con un producto con baja concentración de retinol, para ver cómo lo va tolerando nuestra piel.
  • Aplicarlo después de una limpieza para una mejor absorción, asegurándonos de que la piel está completamente seca.
  • Evitar aplicarlo en zonas más sensibles como la boca o el contorno de ojos.
  • Si el producto que usamos tiene una concentración más alta de retinol, aplicar después una crema hidratante para reducir sus posibles efectos, a la espera de cómo reacciona nuestra piel.
  • Utilizarlo siempre por la noche porque el retinol es muy sensible a los rayos ultravioleta, comenzando por una frecuencia de tres días por semana.

Como siempre, te recomendamos desde DermaPeople que consultes con un especialista. Y si nos eliges no tendrás que desplazarte a ninguna consulta, te ofrecemos el mejor servicio de teleconsulta dermatológica  ;-).