Dice el jefe de Dermatología del Hospital Virgen Macarena, David Moreno, que «el enemigo a batir no es el sol, sino las quemaduras solares». Se refiere a la principal arma en la mano de cualquiera para evitar un cáncer que está en aumento y del que se diagnostican cada año unos 150 nuevos casos en Sevilla: el cáncer de piel.

Llega el buen tiempo, pasamos más tiempo al aire libre y nos gusta lucir una piel bronceada. Vivir en una zona del país con muchas horas de sol no ayuda a no exponerse a la radiación solar. El doctor Moreno es consciente de ello: «En Andalucía resulta complicado aconsejar que se evite la exposición solar, sería casi contraproducente», señala.

Sin embargo, eso no está reñido con una buena protección de nuestra piel para prevenir problemas graves. No hay que olvidar que la radiación ultravioleta del sol es la principal causa de la aparición de melanomas y otros tipos de cáncer cutáneo, que representan cerca del 50% del total de tumores que se diagnostican cada año en el mundo. Por ello advierte de la importancia de adquirir «hábitos saludables» en la relación con el sol. «Una parte importante dentro de esos hábitos, aunque no la única, es el uso de pantallas solares con factor protector 50. Es una recomendación estándar para evitar las quemaduras solares. Aparte de eso, usar gorras, sombreros o usar la sombra son formas de no exponerse a lo que luego se puede convertir en un problema», destaca.

En el Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel, el prestigioso dermatólogo a nivel internacional, detrás de importantes avances en el tratamiento del mismo, asegura que en los últimos años estamos asistiendo a un aumento del número de diagnósticos de melanomas en Sevilla, el tipo de cáncer de piel más grave. «Actualmente estamos en unos 10 casos por cada 100.000 habitantes y vienen a ser en torno a 150 cada año», destaca el doctor Moreno. «Es la mala noticia», apostilla.

La pandemia del Covid y las trabas que supuso en relación al acceso de la ciudadanía a las consultas del especialista podría estar detrás de una particularidad dentro de ese aumento de casos, de la que advierte David Moreno. «Hasta antes de la pandemia ese aumento de melanoma eran de muy buen pronóstico porque se diagnosticaban muy precozmente. Y esa es la buena noticia. Estamos por ver qué ha pasado desde la pandemia y la dificultad de acceso al especialista porque probablemente hayamos dado un paso atrás en el diagnóstico de melanoma precoz«, afirma.

Para el jefe de Dermatología del Macarena, la primera persona que diagnostica un cáncer de piel «es el propio paciente». «Es un cáncer que está visible y la persona afectada es la primera que se da cuenta de que hay una lesión que hay que tratar. De ahí que en las consultas de Atención Primaria sea un tipo de cáncer que está cobrando cada vez más importancia en cuanto a la frecuencia», destaca. Una vez localizado hay que extirparlo y analizarlo anatomopatológicamente, y finalmente, es el patólogo el que da el diagnóstico definitivo de cáncer de piel.

Por ese aumento, David Moreno insiste en la importancia de la protección y la autoexploración para prevenir este tipo de tumores, ante el que, insiste, «la cirugía precoz». «Es el único tratamiento con capacidad curativa. Diagnosticar tempranamente y quitar el tumor quirúrgicamente de forma precoz, cuando ese carcinoma o melanoma no tiene capacidad de dar metástasis en otros órganos. Pese a los avances, ese es el tratamiento verdaderamente curativo que podemos ofrecerle a los pacientes con cáncer de piel», apostilla.

Para aquellos casos en lo que esto no se posible, el dermatólogo destaca que en los últimos años se ha avanzado mucho en dos vías terapéuticas: tratamientos quirúrgicos cada vez más conservadores y efectivos y tratamientos sistémicos, es decir, mediante inmunoterapia o tratamientos diana. «Consisten básicamente en estimular el propio sistema inmune del paciente para que actúe contra esas células tumorales», explica el doctor.

En esta línea, en vías de diseñar tratamientos innovadores frente a este tipo cáncer en estadios avanzados, el Macarena mantiene abiertos varios ensayos clínicos para el tratamiento del melanoma avanzado a través de inmunoterapia, con aproximadamente una quincena de pacientes incluidos.

Sobre el perfil de población con mayor riesgo, el dermatólogo pide a la ciudadanía huir de tópicos. «Es verdad que la piel clara es un factor de riesgo. Pero también el tener antecedentes familiares de cáncer de piel, ya sean melanomas u otro tipo menos frecuentes, como puede ser el cáncer de páncreas o cualquier otro relacionado con riesgo de melanoma; la frecuencia en la piel de lo que llamamos nevos atípicos, los llamados popularmente como lunares; y, sobre todo, el antecedente de quemaduras solares a lo largo de la vida y, en mayor grado, desde la infancia precoz», insiste.